La web Technology Review reseña un novedoso proceso diseñado por científicos de la Universidad de Wisconsin (Estados Unidos) que utiliza biomasa residual para producir combustible apto para transportes.
«Los subproductos superfluos (ácido levulínico y ácido fórmico) que produce la disgregación de celulosa en azúcares» son las materias primas del proceso termoquímico desarrollado. A diferencia de los métodos biológicos convencionales utilizados para la producción de biocombustible, el «proceso Wisconsin» tiene las siguientes ventajas:
(1) es más fácil de controlar (ya que es un proceso químico), y
(2) es fácil capturar el dióxido de carbono generado durante la producción.
El proceso puede describirse brevemente de la forma siguiente: los ácidos (levulínico y fórmico) que contiene la biomasa residual se combinan para formar gamma-valerolactona, un producto químico industrial.
A continuación se utilizan catalizadores de sílice y alúmina para convertir este producto en un gas denominado buteno, que es fácil de transformar en combustibles hidrocarburos líquidos, como gasolina y queroseno de aviación. Según los investigadores, es posible «capturar y almacenar» el flujo de dióxido de carbono de alta presión.
Se está trabajando para que el proceso sea competitivo en términos de costes.
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